OPO
GUILLERMO CAVIANO
Esta serie de obras recientes de Guillermo Caivano agrupadas bajo el título OPO (Objets-Painted-Oriented) son el resultado de una constante investigación plástica que desde hace tiempo viene ocupando el trabajo del artista. La obra de Caivano aborda la cuestión espacial de la representación mediante la hibridación entre la pintura y el objeto. A medio camino entre la superficie plana del lienzo y el espacio tridimensional, las pinturas-objeto de la serie OPO se constituyen desde la bidimensionalidad de la pintura a formas tridimensionales y viceversa. De este modo, las obras se presentan como pieles pintadas que envuelven volúmenes. Sin embargo, la pintura envolvente no siempre precede determinando el volumen: en el proceso de construcción de doble tránsito del artista, la estructura construye y conforma también la propia superficie. Son el resultado de la confluencia orgánica entre motivos pictóricos, texturas, secuencias o patrones representados sobre la superficie de tela y la progresiva construcción de estructuras, formas y soportes tridimensionales.
Resulta inevitable pensar en esta serie sin aludir al barroco, a las formas fluctuantes de su arquitectura, a sus ritmos y al sentido orgánico-escultórico del ornamento interrumpido.En el siglo XVII muchos pintores se sirven de modelos escultóricos en sus representaciones. El Greco utiliza figuras de cera para sus composiciones pictóricas y estudios de luz, convirtiendo sus pinturas en auténticos ejercicios tridimensionales. Más tarde, Caravaggio utiliza innumerables trucos para hacer emerger sus figuras hacia el exterior del lienzo, mientras Velázquez, construye literalmente espacio táctil desde su pintura. La pintura de Caivano piensa en estos modelos desde el presente, valiéndose de un ejercicio de transposición mediante la cita y las referencias que componen la cultura visual del artista que engloba desde el Barroco, Bonnard, el constructivismo ruso, el arte minimal, especialmente Robert Ryman (etc..,). Es por tanto el resultado de un esfuerzo por hibridar formas y estilos, desde donde llevar literalmente la pintura a la tercera dimensión mediante relieves pictóricos u objetos tridimensionales que invaden el espacio del espectador.
Entre signo y objeto discurren perfiles, tamaños, colores y lineas que recuerdan su condición de representaciones ambiguas, cuya materialidad y juegos volumétricos realzan la irreductibilidad del plano pictórico y exigen un encuentro real. De este modo, cada una de las piezas confluye y se mimetiza fácilmente en conjuntos adyacentes estableciendo múltiples relatos, relaciones y contextos posibles. El título de la presente muestra es un guiño a la reciente escuela filosófica conocida como “triple O” (Ontología-Orientada al-Objeto), cuyos principios son el resultado tanto del estudio de la relación entre el objeto y el sujeto como de las relaciones de los propios objetos entre sí. El concepto de la “triple O” busca situar precisamente los objetos más allá de las cualidades intrínsecas que se les atribuyen y abrir así su campo semántico a otras posibles cualidades simbólicas propias de la metáfora para generar nuevos significados asociados y de este modo construir nuevos objetos y por tanto nuevas relaciones entre ellos.
Cesar Borja