Inflexiones
Ana Iturrate
Desde la indescifrable certeza de ciertas manifestaciones, puede afirmarse que la obra de Ana Iturrate (Sevilla, 1979) viene a ser lo mismo que su caminar. La cartografía que traza es capaz de recorrer su mirada. Su mensaje es íntimo y reflexivo. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla en la especialidad de escultura, ha participado en diversos proyectos artísticos europeos como la instalación escultórica Instantes (2006) en Oeiras, Portugal o la producción de la exposición Body Worlds (2008) del artista alemán Gunther von Hagens. Su creación escultórica se ha desarrollado paralelamente y extendido hacia otros ámbitos artísticos como la producción teatral mediante la creación de diversos personajes para numerosas obras, de las cuales, han sido varias las galardonadas con premios de prestigio en el panorama cultural. A pesar del inútil esfuerzo de pretender reunir bajo una única impresión las distintas experiencias de la escultora, existe una evolución que puede ser considerada como un desarrollo personal de conciencia. Un significado cada vez más profundo impregna su obra a medida que ella le otorga la forma.
Bajo estas demarcaciones presenta Inflexiones, una muestra introspectiva que aporta una puntual visión de conciencia sobre nuestra propia identidad, de la existencia del individuo en el mundo, en el espacio y cuerpo que ocupamos. La práctica se ubica en el núcleo que vertebra la obra de la artista mediante la instalación de una multitud de volúmenes de rostros que revelan la manera en que la realidad está condicionada por nuestros medios de percepción, definida por una sutil conexión establecida entre la percepción, que a menudo se encuentra adulterada, y nuestra propia esencia. Múltiples vaciados nos devuelven el rostro y la apariencia de un “yo” resquebrajado, a veces cegado, que parece definir al sujeto que transita en estos días.
Inflexiones es el símbolo plástico de un sentido íntimo y silencioso sobre la definición de lo que vemos en desacuerdo con lo que conocemos. Traspasa los márgenes de lo formal para encontrar una serie de volúmenes suspendidos en el espacio, que a través de singulares signos, nos permiten ver aquello que acaece y nos rodea, pero que sin embargo, no vemos. Justo es este trayecto el que habrá de guiarnos de cuánto y al fin interesa: nuestra propia y singular identidad. Un infinito camino que para surcarlo, quizá solo requiera un breve acto de reflexión.
“Nuestra sabiduría es el punto de vista con que acabamos mirando el mundo”
Marcel Proust